Si sumamos ambas líneas de acción, la del jinete y su caballo, obtendremos la línea general de acción que nos muestra de la manera más sencilla el movimiento total a plasmar.


 

La línea de acción no es algo que se pueda representar matemáticamente. Simplemente hay que prestar atención a la acción, sus fuerzas y las formas. Su representación debe ser realizada planeando e intuyendo el resultado final.De ésta forma y mediante un esquema gráfico podemos diseñar la composición dinámica de una ilustración, evitando que ésta se nos quede rígida, amorfa o estática.Con la práctica no necesitaremos dibujarla, simplemente la incluiremos automáticamente al planear la ilustración. Por el momento podemos incluirla en un boceto muy rudimentario a modo de previsión. Como podemos ver en éstas obras de Luis Royo, sus personajes parecen estar posando siempre o haber detenido la acción para que les retraten. Si observamos el pelo de la chica que aparece subida en la parte trasera de un cadillac nos daremos cuenta de la falta de fuerzas, incluída la de gravedad. A parte de eso la composición de sus ilustraciones así como el planteamiento son deficientes. El color y esa manía de meter brillos, auras y destellos sin ton ni son, queda pendiente para más adelante

 

 



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